El destino de la II República española

Desde una frivolidad llamativa y sólo excusable en un contexto más literario que riguroso, Eduardo Jordá en un artículo titulado “Los fantasmas del pasado” (DM 16.04.05) realiza una serie de ejercicios de “historieta factual” que partiendo desde un punto de ficción, – ¿ que hubiera ocurrido sí .... ?– adelanta acontecimientos y realiza una serie de afirmaciones falaces y, sobre todo, injustas. No fue la República quien mandó asesinar a Emili Darder y cualquier otra consideración no es más que una malévola fantasía ajena al rigor histórico y un sarcasmo vejatorio para su memoria. Sucedió lo que sucedió y no otra cosa.

Ha existido y existe una visión determinista que afecta al período republicano español cuyo objetivo es negar la posibilidad de un juego de alternancia democrática a la sociedad española de los años treinta del siglo pasado: la II Republica estaba destinada inexorablemente al fracaso y a una dramática descomposición. Jordá, Pio Moa y el mismo general Franco coinciden en señalar que desde 1934 la República estaba condenada. Franco al hacer retrotraer en la Ley de Responsabilidades Políticas hasta 1934 los procesos judiciales y el exterrorista del GRAPO Pio Moa al situar el inicio de la guerra en 1934 responsabilizando a los socialistas del inicio de la contienda. Efectivamente las cosas no son tan fáciles como nos hacen creer los demagogos.

Según Jordá o se caía en manos de Franco o de Koba el Terrible mucho más conocido como Stalín y sitúa la disyuntiva histórica en un infantil dualismo : o dictadura fascista o dictadura soviética. Atrapados en un trágico destino sin marco para la esperanza. ¿No había otros destinos? Muchas opiniones coinciden en señalar que la suerte de la República quedó sentenciada tras los acuerdos de Munich de septiembre de 1938 que significaron una terrible cesión de las potencias democráticas – especialmente Inglaterra - ante la política expansionista del nazismo germano. ¿Y si, Eduardo, Inglaterra no hubiera cedido? ¿Por qué el destino de las fuerzas democráticas españolas – incluidos los comunistas – tenía que ser distinto en España que en Francia o Italia dónde el partido comunista jugó un papel destacado en la resistencia antifascista y fueron y son partidos intachablemente respetuosos con el sistema de libertades democráticas? ¿Acaso en su visión no aparece la II Guerra Mundial y la victoria aliada?

Por otra parte decir que durante toda la contienda civil en ningún caso el Partido Comunista defendió la instauración de la dictadura del proletariado. Otras cosas se lo podrán reprochar al comunismo de la época y desde luego algunas de ellas ignominiosas pero no el de defender otra cosa que no fuera el orden burgués y republicano

En una sociedad plural como la nuestra nadie se debería extrañar que exista una opción republicana con un contenido cívico y una legitimidad democrática incuestionables. Motivos hay para ello aunque sólo sea el de que el republicano es el sistema político más universalizado de nuestra época.

Conmemorar es recordar colectivamente y, tras largos años de silencio y manipulación, sobre todo en Mallorca., reflexionar sobre unos hechos lejanos pero de indudables consecuencias que aún perduran no tiene porqué significar sacar de paseo a ningún fantasma del pasado.

19 d'abril del 2005
Pep Vilchez